Las bacterias son microorganismos unicelulares que presentan un tamaño de algunos
micrómetros de largo (entre 0,5 y 5 μm, por lo general) y diversas formas incluyendo
esferas, barras y hélices. Las bacterias son procariotas y, por lo tanto, no tienen
núcleo ni orgánulos internos. Generalmente poseen una pared celular compuesta
de peptidoglucanos. Muchas bacterias disponen de flagelos o de otros sistemas de
desplazamiento y son móviles.
Son los organismos más abundantes del planeta. Son ubicuas, encontrándose en todo
hábitat de la tierra, creciendo en el suelo, en manantiales calientes y ácidos, en desechos
radioactivos, en las profundidades del mar y de la corteza terrestre. Algunas bacterias
pueden incluso sobrevivir en las condiciones extremas del espacio exterior. Se estima
que hay en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un
millón de células bacterianas en un mililitro de agua dulce. En total, se calcula que hay
aproximadamente 5×1030 bacterias en el mundo.
Morfología de las bacterias
Las bacterias presentan una amplia variedad de tamaños y formas. La mayoría presentan
un tamaño diez veces menor que el de las células eucariotas, es decir, entre 0,5 y 5
μm. Sin embargo, algunas especies como Thiomargarita namibiensis y Epulopiscium
fishelsoni llegan a alcanzar los 0,5 mm, lo cual las hace visibles al ojo desnudo. En
el otro extremo se encuentran bacterias más pequeñas conocidas, entre las que cabe
destacar las pertenecientes al género Mycoplasma, las cuales llegan a medir solo 0,3
µm, es decir, tan pequeñas como los virus más grandes
Estructura de la célula bacteriana
Las bacterias son organismos relativamente sencillos. Sus dimensiones son muy
reducidas, unos 2 μm de ancho por 7-8 μm de longitud en la forma cilíndrica (bacilo) de
tamaño medio; aunque son muy frecuentes las especies de 0,5-1,5 μm.
Carecen de un núcleo delimitado por una membrana aunque presentan un nucleoide,
una estructura elemental que contiene una gran molécula circular de ADN. El
citoplasma carece de orgánulos delimitados por membranas y de las formaciones
protoplasmáticas propias de las células eucariotas. En el citoplasma se pueden apreciar
plásmidos, pequeñas moléculas circulares de ADN que coexisten con el nucleoide,
contienen genes y son comúnmente usados por las bacterias en la conjugación. El
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citoplasma también contiene vacuolas (gránulos que contienen sustancias de reserva) y
ribosomas (utilizados en la síntesis de proteínas).
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